Por ahora, esto es el diario de un parado.

Aunque iré añadiendo nuevas cosas, si es que me entero bien de como hacer un blog en condiciones...

Bienvenidos y espero que os guste


Si fuera así, dejadme un comentario que no cuesta nada escribir dos palabrejas...

lunes, 29 de agosto de 2011

Indortes se incorpora hasta sentarse del todo. Sus manos vuelan sin que el pueda ni quiera evitarlo hacia la cara de su amada. Con un gesto suave aparta el pelo de Nisunin y lo coloca detrás de sus hombros.
-          Nunca habrá nada más bello que tú.
Y mientras dice esas palabras acerca su boca a la de la mujer y la besa tan suavemente como recogió antes su pelo. Cuando se separan sus labios, Nisunin le mira a los ojos y le dice:
-          Nunca habrá nada más eterno que nuestro amor.
Cuando termina su frase un escalofrío recorre su espalda y da un respingo que Indortes cree que es producido por frío.
-          ¿tienes frío?
-          No. – responde Nisunin-  Es que he sentido un dolor muy agudo en el corazón cuando te contesté.
-          ¿Estás bien?  Recoge el cántaro y nos vamos. La tarde es fresca y has cogido frio cuando recogías agua mojándote los pies
-          No. Estoy bien. Solo fue un momento. Bésame de nuevo y se me pasará.
Indortes mira a su amada con cara de pillo y le contesta sonriendo.
-          Si lo que querías era otro beso del “Gran” Indortes no tenías mas que pedirlo
-          ¿El “Gran” Indortes? – dice Nisunin poniéndose de pie y mientras rodea su vientre con sus brazos dobla su torso hacia delante.- Ja.ja.ja.ja.ja.ja
-          Pagarás caro este insulto – Grita Indortes mientras se lanza de un salto hacia Nisunin y por efecto del impulso, los dos caen de nuevo al suelo abrazados y riendo.
Vuelven a mirarse a la cara mientras permanecen abrazados en el suelo y un beso más largo y profundo que el anterior les hace olvidar quiénes son y donde están
Durante unos minutos los dos amantes se dedican a mirarse y besarse abrazados en el suelo del bosque. El rio acompaña a la pareja con su ruido monótono y los pájaros de la ribera saltan y cantan aquí y allá.
Pasado un rato, Nisunin se da cuenta de que el sol ya alumbra menos y le dice a Indortes:
-          Tenemos que pensar en volver. Si nos coge la noche por el camino mi madre se enfadará conmigo y a ti te azotará con una vara en el trasero.
-          No es mala advertencia esa. Ja. Ja.ja.ja.
Indortes recoge el cántaro lleno de agua y dando la mano a Nisunin comienzan a subir la pequeña cuesta que les llevará de nuevo al camino por donde vinieron.
Cuando ya han superado el badén y se encuentran ya en terreno llano tienen que sortear jaras y altas retamas para seguir avanzando a terreno mas despejado.

Es en ese momento cuando por la parte derecha, donde el camino se pierde en línea recta en el bosque, un ruido ronco  se escucha de repente. Los dos se paran en seco. Escuchan entonces sin poder ver aún de que se trata pues solo aciertan a ver trozos del camino.
El ruido se hace cada vez más cercano y ahora se reconocen algo parecido a pisadas. Muchas pisadas. Demasiadas pisadas, piensa Indortes, como para dejarse ver.
Con un gesto indica a Nisunin que guarde silencio y que se agache junto a él.
Ahora ya no ven nada del camino. Los matorrales les esconden pero también les quitan cualquier visión de lo que está ocurriendo unos pasos más allá.
Los pasos se acercan. Son muy acompasados. Se adivinan muchos pies pisando la arena del camino pero todos siguen un camino. También se puede oír algo parecido a unos cascos de un caballo.
Indortes mira a Nisunin y le indica con la mano que no se mueva. Mientras él se arrastra entre los arbustos sin que Nisunin pueda hacer nada por evitarlo aunque en su cara el miedo se hace cada vez más patente.
Indortes sortea los matorrales hasta que llega a una zona en la que puede divisar lo que está atravesando el camino que lleva a su aldea.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Indortes frunce el ceño simulando enfadarse y le dice a su amada:

-          Si nos paramos constantemente no vamos a coger el agua y tu madre se enfadará con razón.
Nisunin se acerca más a él y le besa con dulzura en los labios.
-          Mi madre me adora y ahora que sabe que seré la esposa del jefe de nuestra tribu no se atreverá a decirme nada. Temo más a las viejas de la aldea y sus comentarios sobre nuestros paseos a solas por el campo…
-          Sobre todo – replica Indortes- si se enteran que para coger un cántaro de agua nos hemos alejado mucho de la fuente…
Reanudan su marcha cogidos de la mano y a pocos metros se desvían del camino y medio resbalando por una pequeña ladera, bajan hacia el rio que fluye paralelo en algunos de sus tramos al camino que han abandonado.
Los arboles aquí son distintos. Abedules, olmos, álamos, avellanos, hunden sus raíces en la tierra húmeda alrededor de las orillas. El rio forma una línea en la que la luz del sol entra a raudales por encima del cauce. Y a ambas orillas, más oscuras, la hierba fresca forma una alfombra verde y decorada aquí y allá por helechos y hierbas.

Nisunin acerca el cántaro a la orilla y arrodillándose lo hunde en el agua. Las burbujas de aire que dejan su lugar al agua, salen de la boca del cántaro en tropel.
-          ¡Qué fría está el agua! –dice Nisunin.
-          Entonces de bañarnos no hablamos – responde Indortes que ya está metido hasta las rodillas en el rio y con los brazos en jarras mira sonriente a Nisunin.
-          Yo no me baño aquí. El agua está helada.
-          Tendré que cogerte y meterte en el rio a la fuerza.
-          Tendrías que cogerme primero, pastorcillo. –le dice Nisunin mientras deja el cantaro tapado ya con un corcho en un lecho de hierba.
Nisunin echa a correr y entonces Indortes, cogido por sorpresa chapotea mientras corre para salir del agua. Resbala y cae de bruces en el rio empapándose completamente. Se levanta y chorreando agua llega al fin a la orilla. Se aprieta los extremos de la ropa para escurrir algo el agua y comienza a temblar.
-          Tienes razón esta helada. Me enfriaré seguro…- dice Indortes mientras mira para encontrar a Nisunin.
Pero Nisunin no está. Indortes mira a un lado y otro de la orilla del rio y no ve a su amada. Una sonrisa acude a su boca y piensa que Nisunin tiene ganas de jugar al escondite.
Decide hacerse el interesante y sigue escurriendo sus ropas caladas de agua. Pero al no tener ninguna respuesta ni observar ningún movimiento, se pone a andar siguiendo el rastro que los pies de Nisunin han dejado en el barro de la orilla y entre la hierba después.
De repente, algo le golpea por detrás y trabado también por un pie en su pantorrilla, cae al suelo. Se vuelve rápidamente para descubrir a Nisunin de pie frente a el. Adopta la misma postura que el hace un rato cuando estaba en el rio. Con los brazos en jarras, Nisunin le espeta a Indortes:
-          ¿Quién se iba a bañar?
-          Si no me hubiera escurrido estarías muy mojada ahora mismo jovencita.
-          Parece que el mojado eres tu y deberías quitarte esas ropas cuanto antes o te pondrás enfermo. – le dice Nisunin mientras se agacha hacia Indortes.
-          No estaría bien que alguien descubriera que me desnudo delante de la que será mi mujer antes de que lo sea. – le responde Indortes mientras se ha levantado sobre sus codos frente a Nisunin
Esta arrodillada frente a él le ayuda a quitarse la camisa de lino. El torso desnudo del hombre enciende las mejillas de ella. Ha visto desde siempre muchos hombres así y no sabe porqué ahora es diferente.
Indortes confuso con la reacción de ella y con la cara ardiéndole no puede apartar la vista del cuerpo femenino que tiene ante él y las formas que se adivinan bajo la ropa. La vergüenza que siente le obliga a apartar la cara pero solo un segundo porque vuelve de nuevo a mirar a la mujer que tiene enfrente y luego mira con la boca aun abierta, la cara de Nisunin.
En el rostro de ella la confusión, el vértigo y la pasión se mezclan sin parar. Indortes está sintiendo lo mismo aunque ninguno de los dos saben de los pensamientos del otro

Capitulo 2

Un pájaro canta nervioso en una rama. Como queriendo encontrar desde qué sitio su voz se puede escuchar mejor, salta a otra y reanuda durante unos segundos su tonada. Su silbido monótono pero cantarín, se oye sobre el más cansino y constante ronroneo de los grillos y abejas que pueblan los márgenes del camino. Una leve brisa, mece las hierbas de esos márgenes. Donde algunos montones de piedras se agrupan, las zarzas ofrecen ya sus frutos rojos. Quedan algunas semanas para que se vuelvan morados y dulces. El pájaro detiene su melodía para picotear algunas moras. Aquí y allá otros pajarillos hacen lo mismo.

Las flores amarillas del diente de león, las moradas del cantueso, las rosadas de la digital y algunas mas, han sustituido a las de las jaras, el romero y el tomillo que han ido despareciendo para dejar los tallos y hojas verdes, llenos a rebosar de los aromas que inundan esta tarde de mediados de verano. El calor del sol ha ido recalentando esas hierbas y es ahora, a la caída de la tarde cuando los perfumes se mezclan en una sinfonía que remata la belleza del paisaje.

Alguna lagartija cruza rápidamente desde una orilla a la otra del camino. Todo bulle de vida en este rincón del camino.

Los árboles que bordean el camino arrojan franjas de sombra sobre el mismo y a pesar de ser pocos, dejan en sombra grandes trozos. Se trata de arboles de copas anchas y frondosas. A ambos lados, se extiende un bosque típico de esta parte del mundo formada en gran parte por esos árboles.

Robles, encinas y alcornoques esparcidos sobre el monte, forman el dosel principal del bosque. Los pinos, más altos, intentan robarles la luz del sol y alzan sus copas por encima de sus compañeros más bajos. Por debajo de todos, retamas, laureles, espinos, romeros o jaras aprovechan para poblar los claros que dejan los árboles.

Entre los arbustos, y sobre todo debajo de los arboles, se notan claros que han sido producidos por la recogida de leña o el pastoreo de ganado. Eso en algunas decenas de metros a partir de las orillas del camino. A partir de ahí, el bosque se cierra a ambos lados y los arboles entrelazan sus ramas formando un techo denso y dejando por debajo de este dosel un mundo de luz y sombras inquietante. Los arbustos cierran también con una mayor densidad estas zonas y es difícil avanzar hacia dentro del bosque a partir de esa frontera.


Por una de las partes del camino, este su curva formando un recodo. A poca distancia, se va inclinando hacia abajo formando varias curvas para que dicha bajada no sea muy radical. Esta parte del camino es más oscura porque en las curvas se entrelazan casi todos los arboles que son también más numerosos aparte de más densos.

Por el otro lado, el camino se pierde en línea recta hasta que ya no se distingue entre el bosque.

Un murmullo se escucha de repente por la parte oscura del camino. El ruido de los insectos sigue su constante zumbido. Pero los pájaros han callado para escuchar que es lo que se acerca al recodo.

El sonido se acerca despacio.

Se trata de voces. Es una conversación. Entre dos personas. Palabras y risas.

Cuando llegan al recodo, se paran sin dejar de charlar.

Se ponen frente a frente y se cogen de las manos.

Un hombre y una mujer se miran a los ojos.

Son muy jóvenes.

Todo el bosque parece pararse. Incluso la brisa no quiere molestar a la pareja durante unos instantes, pero juguetona, mece al fin algunos mechones negros de la chica.

Son jóvenes y están enamorados.

Nisunin e Indortes pasean su amor en esta tarde de verano…

jueves, 24 de marzo de 2011

24/03/11

Para los que de vez en cuando se pasan por aquí (me temo que solo dos), y como parece que les interesa algo esa pequeña historia... hoy ración doble. Gracias.

Ahora ya se va quedando más tranquilo. Definitivamente esa pobre muchacha está loca. Un sentimiento de afecto le empuja a dirigirse a ella de nuevo pero con mucha más calma y se dispone a ayudarla en lo que pueda.
-          Señorita, creo que se ha podido perder. Si quiere que la acompañe a algún sitio o que llame a alguien que la ayude…
La chica le responde ahora sin mirarle.
-          Solo hay un sitio a donde puedes acompañarme ya. Solo queda que cerremos nuestra historia. Solo hay un sitio para el amor eterno. El amor eterno vive en los pétalos de una flor. Tráeme la flor, amor mío, y descansemos.
De nuevo la obsesión por la flor, piensa el anciano. Se mantiene en la idea entonces de seguirle la corriente. Quizás de esa manera dé tiempo a que alguien pase por allí y le ayude a llevar a la muchacha a algún sitio o pedir ayuda a personal especializado que venga a buscarla. Y en cualquier caso, es posible que la chica se sienta mejor si está acompañada. Como además él no tiene ninguna prisa, decide preguntarle por la dichosa flor. En el fondo le está picando la curiosidad. Aunque mirando al cielo, se da cuenta que el sol ya solo les alumbra por entre las ramas de los árboles. En poco tiempo se echará la noche encima.
No es que tenga miedo de volver de noche a casa, pero su hermana se preocupará si llega tarde. Aunque algo más joven que él, también es ya una anciana que sirve de apoyo y depende a su vez de su hermano. Cuando quedó viuda hace ya veinte años, se fue a vivir con él y desde entonces han estado juntos. El viejo cascarrabias tiene en su hermana su espejo. La vida no ha sido demasiado justa con ella que sumado a los dolores propios de la vejez, hacen de ella una persona hosca y casi constantemente enfadada.
Pensando en ella, el anciano no se ha dado cuenta de que la muchacha ha empezado a hablar de nuevo.
-          En cada ocasión que hemos vuelto aquí he tenido que recordarte lo ocurrido. Ya te he dicho que no me enfado ya por ello. Las primeras veces sí. Pero sé que antes o después cumplirás tu promesa. Voy a contarte de nuevo lo mismo. Mirándote ahora, creo que no nos queda ya mucho tiempo. Cada vez que te he vuelto a ver, has ido haciéndote más mayor mientras yo me quedaba esperando en mi eterna juventud. Y tú avanzabas sin que entienda porqué. Y olvidabas todo de la misma manera. Y no lo he entendido nunca.  Pero me hiciste una promesa bajo este árbol que como yo, no ha envejecido. Todo alrededor ha pasado lentamente. Todo ha cambiado miles de veces. Y sin embargo, yo he esperado aquí a que volvieras y cumplieras tu promesa. Éramos tan felices… y la maldita guerra acabó con todo. La guerra. Las guerras. Como por una maldición, siempre te he visto en guerra. Solo ahora puedo verte en paz. Por eso y por tu edad, creo que el tiempo se acaba por fin. Con una guerra comenzó mi tortura y en paz debe terminar.
Los pensamientos bullen en su cabeza. Esta chica está completamente loca pero hay algo en esa historia que le preocupa. ¿Por qué habla del fin?.  Y de una guerra. El no ha vivido ninguna guerra. Las guerras ahora solo están en los libros de historia y en imágenes de la televisión.
Y además sigue hablando como si le conociera desde siempre. Esta mas confundida de lo que pensaba, aunque la certeza de que la conoce de algo, le confunde a él mucho mas.
Las farolas del parque se encienden ya con esa luz anaranjada que luego se volverá blanca. Todo es quietud en esa parte del parque. Recuerda lo que dijo la chica sobre el árbol y mirando hacia arriba se fija en el viejo roble que los cobija. Es un árbol con muchos años sin duda. Su grueso tronco hunde sus potentes raíces en el suelo. Algunas sobresalen por encima de la hierba. En sus innumerables ramas se mecen millones de hojitas dentadas. Da sombra a una porción muy grande de césped. Bajo el, se sientan los enamorados a arrullarse, los niños a jugar, algún deportista a descansar de su carrera, y el árbol tiene sombra para todos. En uno de sus extremos, sirve de tejado al conjunto de banco y celosía donde está sentada la pareja.
Mirando de nuevo a la chica, se fija en la palidez de su piel y le pregunta entonces:
-          Si tienes frio te puedo acompañar a tu casa o algún sitio…
Contento con esa salida que quizás recomponga la situación y termine ya con esto se atusa su propio abrigo como afirmando con gestos que deben pensar en irse. Sin embargo, la chica no se mueve. Y al poco, vuelve a hablar de nuevo con esa firmeza que ha usado desde el principio.
-          Yo siempre tengo frio, amor. Recuerda que aquella tarde también tenía algo de frio y nos sentamos aquí al sol para que se me pasara. El viento se había calmado al fin y nos sentamos aquí mismo. ¿Recuerdas?
Me rodeaste con tus brazos y nos sentamos a mirar los campos. El sol nos calentó y nos sentimos tan bien que nos quedamos dormidos y abrazados. ¿Recuerdas? ¿Recuerdas ahora, Indortes?
¿Indortes? ¿Por qué le llama Indortes? Ese nombre… Ese nombre… Ahora sí que está asustado. ¿Cómo sabe esa chica ese nombre?  En su juventud, le gustaba leer historia de celtas, íberos y demás pueblos antiguos. Escribió algunos trabajos para subir nota o por simple diversión para relajarse entre exámenes y sin saber porqué decidió firmarlos con el nombre de Indortes. Pero como podía saber aquella muchacha que…
Su pulso se acelera, cuando recuerda que su otra pasión en aquellos años e incluso desde que era un niño eran… las plantas. Y más concretamente, las orquídeas. Las flores…
Entre la confusión de su cabeza, solo acierta a preguntar.
-          ¿Cómo te llamas?
La muchacha ha vuelto a llorar. Con sus ojos llorosos le mira de nuevo y le contesta lo que él no habría pensado nunca que le iba a contestar…
-          Nisunin. Me llamo Nisunin.
No puede ser. ¿Qué le está pasando? ¿Qué broma es esta? ¿Quién puede ser tan cruel como para hacerle esto?
Ese es el nombre que le puso a su novia… Bueno, a la que él siempre consideró su novia. A la que como él no se atrevía a decirle nada ni a  declararse, se casó con otro y le dejó hundido en una melancolía que incluso ahora le mordía de vez en cuando el pecho.
Era tan bonita y tan inalcanzable para él, que se dedicó a admirarla y a espiarla pero nunca se atrevió a decirle nada. Se trataba de un amor platónico y destructivo. Destructivo solo para él, puesto que la chica seguía viviendo su vida de adolescente sin saber nunca que él la adoraba. Muchas veces había pensado después en aquella época y se había arrepentido de no haber sido tan valiente como para dar el paso. Incluso si la respuesta hubiera sido negativa, al menos ya sabría que no había futuro en aquel amor. Sin embargo, aquella historia se quedo en su vida como una espina dolorosa siempre clavada sin poder ser arrancada.
Como ella no sabía nada, tampoco sabía que su amante misterioso le había cambiado incluso el nombre poniéndole el de una mujer ibera. De esa manera, Indortes vivía su propia historia de amor inventada, platónica, maravillosa con Nisunin sin que esta supiera nada.
Y aquella Nisunin se convirtió para aquel Indortes en el más preciado de los secretos. En la historia nunca vivida pero reinventada tantas veces… Y era aquél un amor invisible físicamente, pero adaptable a cada etapa de la vida.
Desde que acabaron la universidad, no la había vuelto a ver pero en su imaginación aquella chica de largo pelo negro, pálida de piel, esbelta y bella le había acompañado en muchos momentos de su vida. Con el paso de los años, solo quedaba el nombre  y los vagos recuerdos de los tiempos felices de la juventud.
Y ahora sin saber cómo, surgía en aquel parque una chica…
La cabeza parece que le va a estallar. Sus sienes palpitan con fuerza. El corazón galopa en su pecho. Vuelve de nuevo a decirse para si lo que acaba de recordar mientras mira con ojos asustados a la muchacha que le mira a su vez con lágrimas mojando sus pálidas mejillas…
Nisunin. Pelo negro y largo. Pálida de piel. Esbelta. Bella…

miércoles, 9 de marzo de 2011

10/03/11

Convencido de que se trata de un error y de que su mente cansada le está jugando una mala pasada entre lo que ocurre y sus recuerdos, responde con una amabilidad extraña en él.
-Disculpe señorita pero creo que se equivoca. No recuerdo que nos conozcamos.
La chica no mueve un solo músculo y sigue mirando al suelo.
-Siempre me dices lo mismo…
Recuerda en ese momento el anciano los programas de la tele de cámaras ocultas y cree haber dado con la solución a lo que está ocurriendo. Responde ahora con menos amabilidad que antes.
-Señorita. Si se trata de una broma yá está bien. Le repito que no la conozco.
La chica imperturbable sigue mirando hacia algún punto perdido del suelo que está ante ella.
-Ha pasado tanto tiempo que ya no me enfado cuando no me recuerdas. Tanto tiempo… Al principio incluso me enfadaba. ¿Te acuerdas? Pero ahora ya no me puedo enfadar contigo. Solo puedo estar triste por tu olvido…
Esas últimas palabras han dejado a nuestro hombre más confuso de lo que estaba si cabe. Convencido a medias de que no se trata de una broma de mal gusto, empieza a pensar en que la chica está perturbada. – Una loca – piensa para sí. Eso debe ser, una loca. Al final la tarde se está poniendo interesante. No le gustan las sorpresas pero todo esto no lo esperaba y le permite salir por unos minutos de su tranquila y buscada monotonía.
No sabe si seguirle el juego a la joven o marcharse. Piensa por un momento que quizás pueda ser agresiva y eso le hace sentir un instante de pánico.
Quizás por ese instante o porque varias ideas le bullen de golpe todas juntas, vuelve de nuevo a darse cuenta de que la conoce de algo. Esa chica…
Puede ser incluso una cajera del supermercado, o una vecina, o…
La conoce y no sabe donde la ha visto. Asi que con esa idea que tranquiliza algo sus ideas, decide responderle e indagar de una vez por todas quien es la misteriosa chica. Como en el fondo se siente bien por mantener una conversación con una chica tan bonita, utiliza un tono más cordial.
-Es una lástima señorita pero tiene que entender que a mi edad, la memoria falla. Disculpe que no la haya reconocido pero seguro que usted si me puede decir donde nos hemos visto. Si me permite decírselo, es difícil olvidar una cara tan bella pero… ya le digo que mi edad…
Una sonrisa vuelve entonces a la cara de la chica que volviéndose lentamente hacia el, le dice:
-No te preocupes amor. Siempre ocurre lo mismo. Prometiste traerme una flor y yo te prometí venir aquí a por ella. Cuando te fuiste, supe que no volvería a verte. Al menos en aquella vida. Pero tu prometiste volver aquí y traerme una flor. Por eso he venido desde siempre y no pierdo la esperanza de que algún día, cerremos nuestra historia y me traigas una flor. Ese día nuestro amor será por fin eterno y descansaremos juntos.

jueves, 24 de febrero de 2011

24/02/11

Mientras parece sestear gozando del calor del sol que inunda su cuerpo, siente que por su derecha suenan unos pasos que se acercan. Abre los ojos para mirar en esa dirección y descubre a la chica que se alejaba hace poco, acercándose de nuevo hacia él.
Mirándola ahora de frente descubre que bajo su melena lacia y negra se dibuja una cara muy atractiva. Viste además de una manera muy sencilla. Pantalones vaqueros que coronan unos zapatos negros con poco tacón. No necesita ayudas para ser alta.
Un jersey blanco asoma entre la chaqueta a cuadros. El jersey de cuello vuelto y voluminoso parece angora. La chaqueta, de cuadros y líneas entre el blanco y el negro pasando por varias gamas de grises se adorna con grandes botones negros. El cuerpo esbelto de la chica la hace parecer, con la luz tenue del atardecer, como un ser de otro tiempo.
Mientras iba observando todos los detalles del aspecto de la chica, esta se ha ido acercando hacia donde está sentado. Y es ahora cuando puede ver su rostro más de cerca.
Lo que su vista algo cansada le mostro hace rato como un rostro atractivo, se ha convertido con la cercanía en una cara conocida.
Pero algo falla en todo aquella escena.
Siguiendo su manera de ser, hace rato que en circunstancias normales habría vuelto la cara para ensimismarse en sus propios pensamientos. Y sin embargo, ahora, con la boca entreabierta, no sabe qué hacer. Solo puede mirar a la chica. La conoce. La conoce y sin embargo tiene la impresión de no haberla visto hasta ahora.
Siempre tuvo mala memoria. Pero siempre se jactó de no olvidar una cara. Sabe que la ha visto antes de ahora. Y en varias ocasiones. Lo siente así. Pero otra parte de su cerebro le dice que no. Que esa chica no apareció por su vida antes de esta tarde soleada de otoño.
La confusión de sus pensamientos se acrecienta porque la chica le mira a él desde que ha llegado al banco donde permanece sentado. La mirada de ella le produce una sensación de calidez que le embarga poco a poco. Ella le mira con un gesto de complicidad y dibuja en su cara una leve sonrisa. Y es por eso por lo que él piensa:
-Ella también me conoce. ¡Dios! ¿Dónde la he visto?
Mientras intenta recordar donde ha podido encontrarse antes con esa chica y sigue mirándola embobado, ella se sienta junto a él.
Aunque lo normal sería que después de aquellos gestos de complicidad le dijera algo, la chica una vez sentada, posa sus manos en su regazo y se queda así parada mientras mira hacia el suelo que tiene delante.
Y así, sentada a su lado, con el sol dibujando reflejos en su pelo negro y en los hilos vaporosos de su jersey de angora, la ilusión de estar en otra dimensión crece en el confundido cerebro del anciano.
Recuerda la sensación del amor en su niñez. Del primer amor. No recuerda de qué niña se trataba. Pero cree estar a su lado ahora. La chica no es ninguna niña ya pero él siente más sus amores de niño ahora que los de adolescente.
Cuando el amor era eterno. Cuando solamente con jugar al escondite con otros niños se convertía en una gran aventura si estaba ella. Cuando ni siquiera había aparecido el sexo ni se pensaba en el. Cuando las tardes de verano eran eternas y las noches muy largas esperando a verla al siguiente día.
No. No puede acordarse ahora de aquella niña ni de su nombre. Sabe que existió pero no sabe porqué vuelven aquellas sensaciones a su mente. No es una niña la que se sienta a su lado.
Cuando reacciona y piensa en decir algo, oye una pregunta que le deja sin respiración. La voz que la pronuncia es tan dulce como el semblante de la joven pero la pregunta por inesperada y sin sentido le deja mucho más perplejo que antes.
-¿Me lo has traído hoy?

jueves, 17 de febrero de 2011

17/02/2011

Decididamente este no es su día de suerte.
Cuando le quedan ya solo unos pasos para llegar al banco y mientras se siente ya mas aliviado por el cercano descanso, descubre con enorme fastidio que el banco está ocupado.
Mirando alrededor descubre que solamente ese banco en todo el espacio que abarca su mirada está lo suficientemente protegido y soleado en ese momento. Como había pensado hace un rato.
Acostumbrado a no hablar con extraños bien sea por la timided que arrastra desde que era niño o por que a sus años no encuentra ya interesantes las pequeñas historias de los demás, que el banco esté ocupado es la peor de las noticias.
Sin embargo está cansado y por otro lado, siente que ese parque le pertenece en parte aunque solo sea por que lo recorre diariamente desde hace años.
Por lo tanto, tiene perfecto derecho a sentarse junto a alguien y ni siquiera saludar. Si. Eso hará. La imagen de viejo gruñon no le es extraña entre varios de sus vecinos de edificio así que un extraño no tiene porqué llevarse otra imagen distinta.
Resuelto ya el dilema y poseedor de la solución, sigue caminando hacia su destino inicial.
Según se va acercando, su cansada vista ya le permite enfocar hacia la persona sentada. Parece tratarse de una mujer. Posee una melena de cabello negro que devuelve brillos del sol.
Una duda le asalta entonces al anciano. Será una mujer o un melenudo de esos a los que tanto aborrece. Cuando era un preadolescente, intentó dejarse el pelo largo. Tiempos de hippys. Pelos largos, barba, pantalones de campana, ropa holgada y multicolor…
Los pantalones y la ropa multicolor no se los pudo comprar su madre. El pelo largo no llegó a serlo nunca. Cuando su padre se enteró de sus intenciones le dio a elegir. O la peluquería o un bofetón. No estaban aquellos tiempos para ser demasiado arriesgado con eso. Y menos en aquel pueblo. Si no era su padre sería el cura o el maestro los que llevaran de la oreja al peluquero. Y en cuanto a la barba… Los cuatro pelos desperdigados por su barbilla tardarían años aún en tener la posibilidad de poblar esta.
Cuando ya tenía algunos años más, la moda hippy había pasado y el ya no tenía la necesidad de imitar a nadie. Y ahora estaba en el lado de los abuelos una vez sobrepasado ya incluso el de los padres.
Casi llegando al banco alcanza a ver la figura de una muchacha sentada. Bien. Al menos no es un tipo de esos. Y además ocupa un lado. Hay sitio de sobra para él sin que tenga que pedir a la chica que se aparte un poco.
Dos pasos y el anciano llega a su banco soñado. Sin prácticamente mirar a la chica, se sienta. Cierra los ojos y percibe en el rostro el tímido calor del sol del atardecer. Suspira de alivio y se deja llevar por los sonidos lejanos de pájaros y por ese calor tan agradable.
Cuando abre de nuevo los ojos, la chica ya no está. Mira a su izquierda y luego a su derecha y entonces la ve alejarse.
La tarde empieza a arreglarse, piensa mientras vuelve a cerrar los ojos esta vez sonriendo…

lunes, 31 de enero de 2011

31/01/11 62º dia de paro

Pues va a ser que no.

Este diario de un parado deja de serlo hoy por el momento. Estoy velando armas en este momento para incorporarme a un trabajo esta tarde.

No sé como irá.

Pero mejor que lo que estaba pasando, seguro que es.

Espero durar más de dos años que es el máximo que tengo en los últimos tiempos. Dos años.

Cuando estás integrado en la empresa por fin y tienes una experiencia aprovechable por ellos al máximo, llega una crisis o una reconversión o incluso una mala gestión por parte del "empresario" y a la puta calle.

Que sangría de conocimiento. Que dinero fácil. Que poco riesgo.

domingo, 23 de enero de 2011

23/01/11 54º dia de paro

Los rayos del sol juguetean entre las hojas. Estas, movidas por una suave brisa, bailan lentamente  lo que provoca que la luz del sol dibuje mil figuras danzantes sobre la hierba. En esta tarde otoñal, el parque parece sestear adormilado. Solo los cantos de los pájaros le dan a este paisaje algo de sonido y permiten que no sea todo una foto simplemente.
Ni la brisa ni los cantos esporádicos de las aves pueden callar el sonido del tráfico, que aunque sordo llega desde las calles cercanas. Aún así, en esta parte del parque, esos sonidos no llegan con la suficiente fuerza como para romper el encanto de la escena.

La corta lluvia matinal ha dejado más verde la hierba y algunos pequeños charcos en los caminos de tierra que atraviesan este bosque artificial.  Algunos árboles, ya llevan días perdiendo sus hojas amarillentas. Otros sin embargo, prefieren pintar de ocres y rojos sus copas antes de perder su follaje. Cuando el frío avance, todos quedarán desnudos y solo mantendrán su verde ropaje los pinos, abetos y cipreses. Pero ahora, a mediados del otoño, los colores inundan el entorno con más variedad incluso que en la lejana primavera.
Fastidiado porque todos los bancos del parque están húmedos y no se puede sentar a descansar, camina un hombre sorteando los charquitos. La tierra del camino también humedecida hace que sus pasos no suenen casi. Esos pasos cansinos y cortos denotan que se trata de un anciano. Un sombrero le cubre la cabeza. Seguro que lo lleva más bien para guarecer su cabeza del fresco que para cubrirse del sol templado de esta tarde.
La larga gabardina tiene dos grandes bolsillos donde se resguardan las manos. Completa el atuendo unos zapatos negros relucientes y una bufanda color vino rodeando el cuello. Acaba de tirar la colilla de un cigarro y exhala la última bocanada de humo. Mientras sigue caminando se regodea en silencio de la advertencia que escuchó hace un rato al salir de casa:
- ¡Ni se te ocurra fumar!
Una leve sonrisa acude a su boca y un pensamiento de cariño a su mente. Cómo necesita a esa vieja gruñona. Tantos años juntos hacen que cada uno sepa del otro no solo lo que quiere sino que incluso, lo que siente. La rutina que ahoga en la juventud, en la vejez es refugio. Y como todas las tardes, en este tramo del paseo, él acaba de tirar la colilla del pitillo y recuerda las palabras de ella:
- ¡Ni se te ocurra fumar!
Sin embargo esta tarde, el paseo no está siendo tan aburridamente agradable. No solo no hay un banco seco donde sentarse sino que además, se le olvidó el trozo de pan para tirar migas a los gorriones y las carpas del estanque. Y entonces se acuerda. Hay un banco protegido por un parterre un poco más adelante. Además en esta época del año, el sol lo habrá calentado lo suficiente para secarlo e incluso ahora estarán los últimos rayos bañándolo. Feliz por el hallazgo de su memoria y pensando ya en pasar unos minutos sentado al sol, avanza algo más rápido hacia su destino.
Acalorado por el esfuerzo, se desenrolla la bufanda y se sube ligeramente el sombrero. Las arrugas cruzan su cara en todas direcciones. Las que rodean los ojos y la boca, producidas por  la sonrisa y las que produce el asombro que dejan surcos en la frente. Las del enfado que estrechan el entrecejo… Las más marcadas son las que como un espejo de las interiores señalan el paso del tiempo simplemente. Las que dejan las esperanzas perdidas, las risas de un bebé, el primer beso, el dolor de la pérdida, la traición, la amistad, la enfermedad, la vida…

lunes, 17 de enero de 2011

17/01/11 48º dia de paro

La censura.

Nuestro insigne gobierno se acaba de inventar una nueva. Esta vez no se la ha inventado Pajin.

Esta vez ha sido el tipo que no se acordaba del año de la marcha verde. Un tal Jáuregui. Se ha inventado algo así como un órgano censor para contenidos televisivos. Para terminar con el clima de crispación...

jejejeje.....

¿Se referirá a la Esteban o a su jefe cuando le decía a Gabilondo que les convenía un poco de crispación?

Me temo que se trata de lo segundo. De controlar nuestras vidas hasta el ámbito que les dejemos. Dentro de poco saldrán las cifras de los polvos convenientes para cada tipo de pareja. Y es probable que dentro de una medida económica del gobierno, ese número se use para calcular la desgravación.

Si eres gay-etero pagas menos, claro. Lo mismo que si no fumas, no te acuerdas de la madre de alguien, bebes y comes lo que te dicen, trabajas hasta cuando te digan, no protestas, etc., etc....

Por supuesto, si además no tienes ideas cristianas o eres sindicalista de izquierdas, te devuelven fijo.

Censura, reducción de derechos laborales y personales, medidas inquisitoriales de delación, ley de memoria hist(o-e)rica ( de una parte de la memoria solamente)... ¿esto es un gobierno de izquierdas moderno? ¿o es una dictadura de izquierda o derechas?

Con lo fácil que es darle al botoncito si no te gusta la Esteban... ON/OFF

Posdata: Yo ya he firmado. O nos empezamos a mover o llegaremos a "Un mundo feliz"

Amigos/as,

Acabo de leer y firmar la Recogida de Firmas online: «NO A LOS SUELDOS DESORBITADOS Y PREBENDAS DE LA CLASE POLÍTICA ESPAÑOLA»
http://www.peticionpublica.es/?pi=P2011N5259

Personalmente estoy de acuerdo con esta Recogida de Firmas y creo que tú también puedes estarlo.

Firma la Recogida de Firmas y envíala a tus contactos.

martes, 11 de enero de 2011

11/01/11 42º dia de paro

El carnet de conducir

Llevo casi treinta años conduciendo. Con algo de suerte en algún mal momento, falta de ella al principio aunque no tuve golpes graves y el resto supongo que como todo el mundo. Soy de los que el conducir no es engorroso y la mayoría de las veces incluso es agradable.

Este mes me toca renovar el carnet. Ya no hay que ir a tráfico y después de varias horas de cola conseguir el papelito rosa con foto.

Ahora vas al centro médico para revisión y allí te lo gestionan gratis....o casi. La gestión es supuestamente gratuita pero el precio del reconocimiento varía. Ahí está el negocio.

Sobre las 16:10 entro en una clínica en la que figura un cartel que dice que te hacen los trámites para renovar el carnet. Pero abren a las 17:00.

Como sé que hay otra cercana y no quiero esperar (estoy tan ocupado ultimamente), me acerco y resulta que esta ya está funcionando.

Puerta de madera que da acceso a recepción antigua con mostrador de madera... En el cubículo que resguarda el mostrador una señorita. La señorita debía estar trabajando ya cuando yo nací. No sé si será enfermera o recepcionista porque llevaba bata blanca. Después de escribir en un formulario mis datos, me lo devuelve y me hace pasar a una sala de espera... En ella yá hay gente. Parece que los doctores llegan a y media. Dos doctores, una y uno pasan por la salita unos minutos después. Es bastante probable que fueran a clase en la misma época que la recepcionista. Por cierto, me cobró sesenta y dos euros con cuarenta. Miro el formulario y descubro que las tasas de tráfico son veintidos con cuarenta. Cuarenta euros por el reconocimiento.

Al rato entra el primero de los que esperábamos. Dos minutos más tarde, empieza a sonar un pitido y otro de los que esperan dice que ya estamos como ayer...

¿Como ayer?

Me entero que ayer se les estropeó la máquina o la conexión con la guardia civil. No lo dejan claro. Al rato la señorita de la quinta del 60 sale para comunicarnos que en media hora llega el técnico, que está en Torrejón. Cinco y veinte de la tarde...

Pues va a ser que no.

Me vuelvo a la recepción y le pido a la señorita, que ahora está acompañada de otra algo más joven, que me devuelva el dinero porque no puedo esperar. Y no es porque no pueda esperar (aunque estoy tan ocupado) sino porque me suena a cachondeo y cutrez.

Con mi dinero recuperado, salgo de la clínica y me voy a la primera....Si me hubiera esperado no habría perdido una hora y pico. Pero así es la vida.

En la otra clínica me recibe en cinco minutos una señorita... Esta de una quinta ya incluso posterior a la mía. No mucho, pero posterior. Rellena un formulario con mis datos (esta vez en un ordenador), en ese momento se me olvida el teléfono de mi casa y me hace preguntas normales como:

¿Ha tenido usted depresiones? ¿Se ha sometido a algún tratamiento psicológico? ¿Ha padecido alguna enfermedad psiquiatrica?....

A todo contesto que no extrañado porque el olvido de algunas cifras dé tanto que pensar sobre mi normalidad de coco.

Después me hace una foto con una webcam. Si. Ahora se hace así. Ya no hay que ir al fotomatón. Me las hace sin gafas. Muy bien porque si un día me para la guardia civil y no llevo gafas pues no pasa nada. Bueno, si pasaría. Veo menos que un gato de escayola así que da lo mismo que esten en la foto o no.Y pasamos a las pruebas esas de dirigir dos bolitas por dos carreteritas... y otra de adivinar cuando una bolita va a salir por detrás de un bloque...

A mí con esas... No tengo la wii pero esto está chupao. La bolita como no la veo salir nunca supongo que la habré cazado todas las veces. Pero las de las carreteritas, las ponen para dar por culo. Con dos manijas hay que dirigirlas por dos caminos diferentes que se separan, hacen curvas, rectas, etc. Mantener las bolitas en su carril y que la máquina no pite es digamos, jodido. Pasados los primeros instantes de pánico, consigo dirigir las putas bolas sin que suenen mucho. Me imagino que debo tener los ojos como los camaleones mirando cada bola con uno diferente. Pero la señorita no se rie. Bueno, ni siquiera me mira. Cuando termino con la ruta, me doy cuenta de que ha estado aprovechando para abrir correspondencia. Si no fuera por el ruido ni siquiera habría recordado que yo estaba allí conduciendo las dos bolitas de mierda.

Me pasan a otra salita con otro doctor. A una distancia de dos metros me pide que lea las típicas letras. C O V H N A . Con los dos ojos y uno por uno lo leo de maravilla. No sé si será porque están a solo dos metros y ahora si que llevo las gafas.

Me vuelve a preguntar sobre la psiquiatría, la psicología y la depresión. Estoy algo cabreao pero no creo que se me note tanto...

Salgo de nuevo a la sala de espera en la que espero cinco minutos. Vuelta al primer despacho donde me hacen firmar un papel en el que digo que he dicho la verdad (como pueden saber si he dicho mentiras), que me he sometido a todas las pruebas(cuantas pruebas serán en realidad), que no he padecido enfermedades psiquiatricas, depresión ni estoy en tratamiento (juro por Dios que lo ponía) y no me acuerdo de qué más.

Cincuenta y ocho euros y un papel mas tarde son las seis menos diez y he terminado. Me mandarán a casa el carnet de conducir por correo ordinario.

He tardado un cuarto de hora y he pagado cuatro euros menos.

sábado, 8 de enero de 2011

08/01/11 39º dia de paro

Otra de Pajin

La ministrilla o alguien de sus amigos que le acompañan en su ministerillo (recordemos que la ministra mete en el ministerio " al que le sale a ella de los cojones"), está a punto de escupirnos otra ley de igual-dá o algo parecido.

La ley de igualdad de trato y no discriminación.

Entre sus maravillas esta ley recupera la figura de "inversión de la carga de la prueba" o lo que es lo mismo que si te acusan de tratar mal o discriminar no posees la presunción de inocencia y eres tú el que tendrá que demostrar que eres inocente y no el acusador de que eres culpable.

A la señorita esta deberían comprarle unos cuantos sanbenitos para que los use en los actos de fé que se harán a la puerta de su ministerio. Alli podremos quemar ante el populacho a cualquiera que esté acusado de tratar mal por ejemplo... a un exfumador.

¡Viva la Santa Inquisición Proguesista!

05/01/11 36º dia de paro

Mejor no pensarlo...o sí

Me mandaron esto por correo. La verdad es que es para cabrearse un poco. Solo un poco. Ojalá no estalle otra burbuja como la inmobiliaria. Esta sería mucho peor porque sería de odio. Pero si no se remedia, esto va a pasar factura.

En la feria de entidades solidarias, "Solidárium", celebrada en Lérida me encontré con esta conocida, en un stand de una "ONG" local dedicada a la atención de inmigrantes.
Me confesó que está un poco quemada con el tema. Hay muchísimo fraude y muchísima picaresca por parte de muchos inmigrantes Abusan y saquean los servicios sociales públicos. Y, sobre todo, muchísimo descontrol de los subsidios y pagos  que reciben.

Me lo explicó con un ejemplo. "Mi ONG se dedica a formar laboralmente a mujeres inmigrantes, a asesorar, acompañar a los inmigrantes a los servicios sociales públicos para recabar recursos y subsidios. Llevo el caso de una familia marroquí, un matrimonio con tres niños de 6, 7 y 8 años. El hombre lleva 3 años sin trabajar. Ella no trabaja, salvo esporádicas y "negros" trabajos domiciliarios. Todo lo que vas a oír, está comprobado personalmente por mí.

Hace unos días le ofrecemos a ella un trabajo legal, asegurada en la Seguridad Social, 1000 euros limpios al mes por cinco horas por las tardes para acompañar a una mujer anciana y sola adinerada. El trabajo sólo consiste en hacerle compañía y acompañarla a pasear. La respuesta de la morita fue ésta: "no"; no lo quiero, porque ya tengo la seguridad social y los medicamentos gratis, y porque perderíamos ayudas y subsidios de la Generalidad de Cataluña y del ayuntamiento; si es en "negro", sí que lo quiero, pero en "blanco", no.

Mi indignación subió a límites desconocidos porque, primero, ¿cómo es posible que cinco personas sin trabajo y sin cotizar tengan los medicamentos gratis si eso sólo lo tienen los jubilados españoles?

Además, te voy a relatar
qué es lo que recibe esta familia:
-Cobra él 500 euros de la Generalidad de paga "social" mensual desde hace año y medio (cuando dejó de cobrar el paro y el subsidio de los 420 euros del INEM)
-Cobran 750 euros mensuales a cambio de escolarizar a los niños, los niños tienen la plaza escolar gratis (lógico, pues es un colegio público, pero no hay que olvidar que eso cuesta una pasta a la Administración) y ¡comen los tres niños en el colegio! pudiendo ir a comer a casa porque sus papás no trabajan y porque el colegio está a 100 metros de su hogar; el coste mensual para la Generalidad de las tres plazas de comedor son 900 euros mensuales, 300 euros por niño.
- El ayuntamiento les paga 450 euros mensuales para el alquiler del piso. Por cierto, el matrimonio tiene coche propio y ordenador e internet en casa (el ayuntamiento paga mensualmente la factura de internet de esa familia).
- El ayuntamiento les da 400 euros mensuales para ser canjeados por comida en los supermercados Plus.
- El ayuntamiento les paga las facturas mensuales de calefacción (gas, 150 euros mensuales de media), luz y agua.
- Los niños han gozado de gratuidad total en plaza y comedor en los parvularios municipales mientras eran infantes.
- Los niños han tenido gratis todos los enseres y alimentos infantiles hasta los 3 años (papillas, pañales, carrito-bebé...)..
- Además, esta familia acude con regularidad a entrega de alimentos (banco de alimentos) del ayuntamiento y diversas parroquias, además de las entregas de nuestra propia ONG. Y, por cierto, uno de los niños se ha lesionado hoscamente en el colegio, pues en vez de llevar al niño cada día al servicio público de rehabilitación -como hacemos todos-, pues los padres están sin trabajo y, lógicamente, tendrían tiempo (y coche) para ello, pues no, la Generalidad les manda cada día a casa un rehabilitador (una empresa subcontratada, que le debe costar una pasta a la Generalidad).
 -Esos niños van a un cursillo extraescolar de fútbol por las tardes que se lo paga, también, la Generalidad, 350 euros mensuales por los 3 niños.
Esa actividad extraescolar la pagan de su bolsillo la mayoría depadres ("indígenas") del colegio citado.
El padre de esa familia se lesionó cuando trabajaba en la construcción (¡lleva 3 años en paro!) y se le prescribió una faja lumbar ortopédica a medida, su coste: 450 euros. La Seguridad Social paga 350 euros de esa faja a todo españolito, pero el resto lo tiene que poner el enfermo. Pues el morito se fue al ayuntamiento y consiguió los 100 euros restantes para ser pagados en la ortopedia. Le acompañé yo, como intermediaria.
Amigo, saca la calculadora y suma lo que reciben esta gente en dinero, en especie y lo que cuestan cada mes en gasto público. La ruina.
Todo lo que te he narrado lo sé a ciencia cierta porque yo llevo, en parte, la atención a esta familia (y a muchas otras, demasiadas).
Sólo te digo una cosa, para acabar: esto tiene que reventar, esto es insostenible. Entiendo perfectamente que la Generalidad y el ayuntamiento estén en la bancarrota, aunque nos lo ocultan.
¿Te has enterado que han cerrados UVIs en el Hospital Arnau y han cerrado plantas de hospitalización como la de Nefrología porque no hay dinero?"

martes, 4 de enero de 2011

4/01/11 35º dia de paro

Baja el paro.

O no. Porque lo extraño es que no nos expliquen cómo puede ser que baje el paro el mismo mes que baja la cantidad de cotizantes a la SS. No creo que sea solo por las jubilaciones. Será más bien porque hay parados que hacen cursos o cosas similares y que no están en la famosa lista. Porque supongo que esa segunda cifra es más importante que la primera. Si no hay cotizaciones no hay dinero. Y por lo tanto el gobierno tendrá que meter la mano de nuevo en la caja... Aunque como ya se saben dónde está el agujero...

Por cierto, los que tengan ahora menos de 50 años, serán los que empiezen a trabajar hasta los 67 años...
También me toca.

Menos mal que se acercan los Reyes Magos y en una casa con niños eso significa la mayor de las suertes.

lunes, 3 de enero de 2011

02/01/11 33º dia de paro

Se acabaron las navidades

Aunque en realidad quedan los últimos días hasta reyes.

Por lo demás, han sido unas típicas navidades, que no está nada mal. Nada de fiestas en yates de lujo para despedir el año, por ejemplo...

El 26 estuvimos en un belen viviente y creo que me traje de allí una gripe aviar, porcina o caballar. Debe ser de esta última. Llevo días sin conocerme, casi.

Papá Noel me trajo una excelente bufanda. La mejor lotería es salud y economía. Que el año nuevo sea mejor que el que se vá. El turrón se ablanda en los platos. Que te traigan muchas cosas los reyes...

Feliz Navidad